martes, 16 de marzo de 2010

Casi 900 millones de personas viven sin agua potable en el mundo

Según un informe de la OMS y de Unicef, el triple de esta cifra carece de acceso a servicios de saneamiento.

La tercera parte de las personas sin acceso al agua potable se encuentran en África subsahariana. (arsis.org)

Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y elFondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) dio cuenta de que actualmente unas 884 millones de personas en el mundo viven sin acceso al agua potable y 2.600 millones no cuentan con los servicios mínimos de saneamiento.

Aunque, el 87% de la población mundial ya bebe y utiliza agua potable para su consumo, la situación es preocupante en cuanto al alcance de los servicios higiénicos básicos (capaces de evitar el contacto de los humanos con los desechos fecales), con un 39% de habitantes del mundo que no tiene acceso a ellos.

De acuerdo al documento, de los 884 millones de personas que no cuentan acceso al agua potable, la tercera parte se encuentra en el África subsahariana, donde el 40% de su población sufre este problema. Casi la mitad de las personas que desde principios de la década de los años noventa han ganado acceso al agua en el mundo se encuentran en India y China.

En el terreno del saneamiento, sólo la mitad de la población de países en desarrollo cuenta con un baño, una letrina o un pozo séptico, y en los últimos años los mayores progresos se han registrado en África del norte y en regiones del este y sudeste asiático.

De los 2.600 millones de personas que actualmente no cuentan con ningún servicio de saneamiento (las previsiones indican que al ritmo actual serán 2.700 millones en 2015 por el crecimiento demográfico), una gran parte están concentradas en el sur de Asia y en África subsahariana.

Datos:
La práctica de defecar al aire libre, considerada la más peligrosa desde el punto de vista higiénico, está en declive. En 1990 era una práctica del 25% de la población mundial, hoy se sitúa en 17%.

El agua no potable y las prácticas insalubres influyen en la muerte de 1,5 millones de niños menores de cinco años anualmente.